A través de un audio, el Padre Obispo Jorge Eduardo expresó un mensaje de cercanía y agradecimiento a las consagradas y consagrados de nuestra arquidiócesis.
“En este día deseo agradecerles infinitamente por la vida entregada, por la consagración, por poner toda la esperanza y el corazón en las promesas del Reino. Gracias, rezo especialmente por ustedes”.
«Me dejo llevar por la Palabra y por el anciano Simeón que ve al Niño Jesús, y en ese pequeño contempla la Luz de Dios, para todas las naciones. La luz en aquel tiempo, y la Luz hoy. Jesús es hoy la Luz de todas las naciones, como dice esa expresión tan linda del Concilio Vaticano II, “Lumen Gentium”, Jesucristo es la Luz de la gente.
«La Iglesia está invitada a ser Luz y Jesús es luz por su presencia, por la promesa, por lo que es, por lo que trae. No sólo por lo que hace, por sus obras. Es Luz».
«Pienso en ustedes, en la vida consagrada, como luz, no sólo por las obras, sino por la presencia. Porque son promesa, porque son y traen la Luz. El testimonio de vida de ustedes da luz al mundo, da luz a la Iglesia. Y uno sabe que la luz brilla en lo escondido de una manera bellísima y ¡cuánta vida consagrada es brillante y luminosa en lo pequeño, en lo escondido!»
«Y en nuestra Iglesia tenemos para dar muchas gracias a Dios».
«Pienso, -y no quiero ser injusto con otras comunidades-, en las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna que están en Suipacha, y en la Hermana Leonor Maturana, Venerable, que estuvo aquí y en su gemela Pilar, ya beata. ¡Qué gracia es que esta mujer haya caminado por nuestra diócesis!»
«Pienso en las hermanas de San Antonio de Padua y en la Madre Antonia Cerini. Este año las hermanas cumplen 133 años y aquí en Mercedes está su casa natal. Ella, una mujer santa, estuvo aquí».
«Y en las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, que han cumplido 142 años en Mercedes, pienso en Venerable Madre Camila Rolón».
«¡También uno puede descubrir cuánta santidad, cuántos santos de la puerta de al lado, como dice Francisco, hay en nuestras comunidades!»
«Les agradezco muchísimo la entrega de ustedes y les doy mi bendición, pidiéndole a Dios para que siga dándoles fuerzas para que cada una, cada uno de ustedes, cada comunidad, sea testigo del Evangelio en este tiempo frente a estos desafíos que tenemos que vivir».
«Que el Señor bendiga la vida de ustedes y que María de Luján, patrona de nuestro pueblo, cobije la vida de cada una, de cada uno de ustedes, de cada comunidad, bajo su poncho, su manto».
«Que se sientan muy cuidados y siempre presentados por la Virgen frente a Dios como pequeños que somos. Que María nos lleve a Dios en sus brazos”.
«Y también, como dice Francisco, les pido que recen por mí”
Hacia el final del mensaje el Padre Obispo Jorge Eduardo propuso a las religiosas y religiosos, poder realizar este año, un encuentro de la vida consagrada, de memoria, de carisma y de profecía, abierto a quienes quisieran participar.
«Hacer memoria de quienes estamos aquí y quiénes somos, memoria agradecida del carisma, de la gracia de cada comunidad para esta Iglesia, profecía, misión, anuncio y testimonio».