La Santa Navidad y los 80 años de nuestra Iglesia diocesana

Mercedes, diciembre de 2013.

Queridos hermanos:
Se acerca la fiesta de Navidad y el inicio del 2014 que será un año significativo para nosotros por cumplirse los 80 años de vida de nuestra amada Iglesia arquidiocesana. El sábado pasado, 7 de diciembre, nos hemos reunido por primera vez los miembros del Consejo de Pastoral. Fue un encuentro fraterno y que generó una gran alegría porque muchos lo esperaban.
En este mensaje deseo escribirles sobre estos dos temas: La Santa Navidad y los 80 años de nuestra Iglesia.

La fiesta de Navidad nos dice cuánto Dios ama al mundo. En ella descubrimos que Dios se hizo pequeño, pobre y débil para demostrarnos su amor apasionado de Salvador. Lo miramos a Él, junto a María y a José. Buscamos entrar en su corazón y de Él aprendemos la reconciliación, el perdón y el amor. Esta vida de armonía de la Sagrada Familia hace nacer en nuestro corazón el deseo de querernos más y abrirnos a la caridad para con los pobres. El impacto de Jesús en medio nuestro nos hace más atentos a su Palabra. Él, hermano y amigo, nos quiere discípulos. Como convencidos discípulos, Él mismo nos convierte en misioneros para anunciar a todos la Buena Noticia de la salvación.

Los 80 años de nuestra Iglesia de Mercedes – Luján nos impulsa al agradecimiento por todos los dones que Dios nos ha concedido y nos lanza a ser discípulos y misioneros atentos, convencidos en medio de nuestros hermanos. El Equipo de Misión Arquidiocesana ha presentado un hermoso proyecto para el futuro próximo que agradó al flamante Consejo Pastoral. Concretamente, tomaremos cada año un punto del ideario para afianzar nuestro caminar juntos. En el 2014 nos abocaremos a profundizar, reflexionar y vivir el tema de la COMUNION.

En la hermosa Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium habla el Papa Francisco, desde los números 226 al 230, de la comunión que realiza Jesús en su persona, por su sangre derramada, y nos conduce a abordar este tema de la comunión que nos dará nueva vida porque está cimentada en la caridad que nos lleva a hablar siempre bien de todos, pensar siempre bien de todos y hacer siempre el bien a todos.

El espíritu que nos anima está sugerido por nuestra Conferencia Episcopal y es el espíritu de cercanía, de entusiasmo y de alegría. Este espíritu será el humus donde germinará la comunión y entonces se cumplirá la promesa de Jesús en el Evangelio de San Juan: “Padre que ellos sean uno para que el mundo crea”.

Esta es la vida nueva a la que Dios nos llama y esta es la novedad que el mundo espera. “La caridad y sólo la caridad salvará al mundo” (Don Orione).
¡Feliz Navidad!

+Agustín Radrizzani