El Arzobispo de Mercedes Luján, +Jorge Eduardo Scheinig presidó la Eucaristía este domingo 4 de Julio, XIV Domingo del tiempo durante el Año, en la Parroquia San Andrés Apóstol de la ciudad de San Andrés de Giles, junto al párroco de la comunidad Pbro. Norberto Chirigliano y el diácono permanente Osmar Branchini, con especial intención por los enfermos y fallecidos de Covid de dicha ciudad.
Algunos fieles pudieron participar presencialmente de la Misa, respetando las medidas sanitarias, que también fue transmitida a través de los canales digitales.
Durante la homilía, el Padre Obispo expresó que el evangelio de Marcos que acabamos de proclamar nos dice que Jesús se asombra de la falta de fe de su gente, de su pueblo, que es su vecindario
Compartimos algunos fragmentos de su homilía
“Es importante para nosotros revisar nuestra fe, también en tiempos de pandemia. La fe no es lo que nos ayuda a vivir los ritos religiosos. La fe nos ayuda a entender la vida, a descubrir por qué y para qué nos pasan las cosas. La fe nos ayuda a ver con los ojos de Dios, la vida, la historia, las circunstancias.
Cuando uno no tiene fe, corre el riesgo de ver, de entender lo que nos está pasando, limitadamente. La fe es una luz que nos ayuda a ver más, a ver desde Dios”.
“Cuando Jesús termina de predicar en la sinagoga, la gente de su pueblo se asombra, – porque además ya conocían su fama – , pero también se escandaliza. El escándalo es una palabra griega, que significa “la piedra que se encuentra en los caminos”, los obstáculos. Se asombran de Jesús, pero también Él les resulta un obstáculo para creer. Y Jesús dice: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su tierra”
“En tiempos difíciles como los que estamos viviendo, tal vez estamos tentados a que la fe que tenemos, nos haga buscar maravillas, cosas grandes de Dios, manifestaciones milagrosas, portentosas”.
“Nos es difícil descubrir a Dios en lo simple, en lo cotidiano, en lo humano; como a la gente de su pueblo”
“Y sin embargo Dios siempre -y esta es una ley evangélica-, se ha apoyado para manifestarse en cosas sencillas, en personas simples, en los pobres, en los enfermos, en los humildes”.
A” veces lo que uno cree que es una super manifestación de Dios, no es de Dios, y Dios está presente en lo cotidiano. Nosotros hablamos de la ausencia de Dios en la historia, en nuestras familias, y no es que Dios esté ausente, sino que tal vez nosotros no lo vemos, porque estamos esperando otra forma de manifestación”.
“El evangelio es una invitación directa a nosotros, a ustedes, ciudadanos de esta ciudad, con tantas dificultades, como las que trajo la pandemia al mundo, a la Argentina, las dificultades de la salud, de la educación, del trabajo, de la pobreza.
El mundo se nos puso muy complicado. Y nosotros que somos creyentes, tal vez estamos esperando que Dios se manifieste de una manera portentosa, grandiosa y no vemos que se está manifestando en esto que estamos viviendo y en personas que están a nuestro lado”.
“Estamos en una etapa de la historia muy importante, que puede ser el final de una cosa, pero el comienzo de otra. EL Señor está vivo, está actuando, generando algo nuevo.
La muerte no tiene la última palabra. La pandemia no es el fin. Son tiempos muy importantes para descubrir cómo es nuestra fe”.
Hay algo lindo del Evangelio que acabamos de proclamar.
Algunos sí tuvieron fe, y se dejaron sanar. La presencia de Dios sana, siempre sana.
Los invito a pedirle a Dios que nos regale al mundo, a la Argentina y a esta ciudad de San Andrés de Giles, la fortaleza para que podamos salir de esta situación mejores y podamos vivir la novedad que Dios tiene para nosotros.
Necesitamos encontrarnos, rezar juntos, comulgar. Muchas autoridades civiles no se dan cuenta de lo importante que es lo espiritual. Es verdad que hay miedo, pero la fe nos da mucha salud. Que el Señor nos regale esa gracia de la fe”.
Homilía completa disponible en nuestro canal en Youtube: Arquidiocesis Mercedes Luján.