Este sábado 13 de febrero, por la tarde, inició su ministerio pastoral como nuevo párroco de Nuestra Señora del Carmen, el Pbro. Daniel Blanchoud.
La celebración eucarística fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Mercedes Luján, +Jorge Eduardo Scheinig y concelebrada por los vicarios generales de la arquidiócesis, el nuevo párroco, el párroco y vicario saliente Pbro. Ricardo Rodríguez y Pbro. Federico Telles, respectivamente, el nuevo Rector de la Basílica de Luján Pbro. Lucas García y el equipo sacerdotal y sacerdotes de distintas comunidades de la arquidiócesis.
Durante la homilía, nuestro padre obispo reflexionó sobre el evangelio de este domingo, tomado de San Marcos.
“Jesús viene con una prédica para cambiar las maneras de pensar que tenemos, las maneras de sentir, de actuar. Jesús viene a traernos una nueva forma de vida. Y por eso siempre estamos convirtiéndonos, cambiando.
Porque los seres humanos tenemos tendencias, que nos hacen pensar, sentir y actuar de maneras que no son buenas para todos.
Se da una situación en el mundo donde la vacuna se hace fundamental, pero hay países que acaparan, y algunos van a tener mucho y otros poco, o nada. Y no digamos si pasa esto con los más frágiles, los enfermos, los más pobres.
La manera que tenemos muchas veces de pensar es “sálvese quien pueda” y la manera que Jesús tiene de pensar es “todos necesitan de la salvación, nadie pueda quedar fuera de salvación”. La salvación no es para un grupo, es para todos.
Hoy el Evangelio nos lo pone de manera patente. Los leprosos en la antigüedad, antes de Jesús, al contagiarse tenían que identificarse, ir gritando que eran impuros. Si se acercaban mucho a la ciudad, los sacaban a pedradas. Además el pensamiento de aquella época es que si uno caía en la lepra es porque Dios lo había castigado, era un enfermo físico y religioso. Era un muerto en vida. Terrible.
Se acerca un leproso a Jesús y le dice “Purificame, dame vida. Yo no vivo así. Salvame, dame dignidad”.
Entonces Jesús, lejos de la manera de obrar de aquella época, que era separarse, retirarse, se le acerca y lo toca. Se involucra. Lo cura y le dice que se presente al sacerdote para que diera testimonio. Así la persona purificada, podría volver a la comunidad. Era un resucitado, un salvado.
La salvación que trae Jesucristo, no es para un grupito, es para todos, especialmente para aquellos que más se sientan fuera de la vida. “Los sanos no tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo vine para traerles salud, especialmente a los enfermos”.
En el mundo en el estamos viviendo, donde la tentación es creer que el otro se convierte en una amenaza, Jesús nos insiste en que trabajemos en función de los que más necesitan la vida. Seamos de otra mentalidad. No nos asimilemos al “sálvese quien pueda.”
No podemos ser indiferentes, nos dice el Papa Francisco. Tenemos que trabajar por una cultura del encuentro, vivir buscando fraternidad.»
Dirigiéndose al P. Daniel, recordó que esta época nos está invitando a que seamos capaces de generar puentes, fraternidad, solidaridad. El mundo necesita de ese Reino de Dios. El futuro del mundo es fraternidad.
El obispo recordó que el P. Daniel, viene con toda la experiencia y toda la madurez de un corazón pastoral, de un corazón que sabe lo que significa la fe de nuestro pueblo, luego de sus muchos años en la Basílica, e invitó a que los laicos sigan asumiendo un protagonismo muy activo, siendo el rostro de la Iglesia. Juntos, pastores y laicos, necesitamos mostrar que hay otra manera vivir.
Luego del saludo del Pbro. Ricardo Rodriguez, que asumirá junto al P. Claudio Mosca, como párroco solidario en Sagrada Familia de Luján, el nuevo párroco Daniel Blanchoud, agradeció a la comunidad la bienvenida y pidió que la Virgen del Carmen llegue a todos los carmeños, honrarla como Madre, para que todos lleguen a ella, caminemos juntos de la mano de María
Rezamos por el P. Daniel y la comunidad de Nuestra Señora del Carmen en Carmen de Areco.
