Este viernes 5 de febrero, inició su ministerio pastoral como nuevo párroco de San Ignacio de Loyola de Junín, el Pbro. Pablo Vallés.
La celebración eucarística fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Mercedes Luján, +Jorge Eduardo Scheinig y concelebrada por los vicarios generales de la arquidiócesis, el nuevo párroco, el párroco saliente Pbro. Victor Roncati, sacerdotes de la ciudad de Junín y de otras localidades de la arquidiócesis.
Durante la homilía, y reflexionando sobre el evangelio de Juan, nuestro padre obispo +Jorge Eduardo reflexionó: “Juan desea transmitir que Jesús está vivo. Y para hacerlo usa imágenes muy bellas, “Yo soy el agua”; “Yo soy el Pan Vivo”, “Yo soy la Luz, Yo soy la Vida. También usa esta imagen que el pueblo de aquel tiempo conocía muy bien, “Yo soy el Buen Pastor”.
“La imagen del Buen Pastor muestra la relación que hay entre Dios y su pueblo. El Pastor es Dios y el pueblo es su rebaño. Dios es el Pastor que se relaciona con su pueblo para buscarlo, sanarlo, alimentarlo, apacentarlo, acompañarlo, para dar vida”.
Dirigiéndose al nuevo párroco, lo animó a que el pueblo sienta la presencia de Dios que quiere dar vida, compartiendo la tarea con el Vicario parroquial Pbro. Emiliano Aguirre, siendo creativos, trabajando muy unidos a todos los sacerdotes de las distintas parroquias de Junín, y acompañando la vida de la comunidad parroquial, de las capillas y centros misioneros, colegios. Recordemos también que el P. Pablo Vallés es director pastoral del grupo de medios “La Verdad”.
“La comunidad parroquial tiene el desafío de dar vida a muchos, para que el mundo pueda experimentar la fuerza de Dios, saliendo a buscar y a acompañar la vida como viene, como nos invita el Papa Francisco. Ser una comunidad salidora, servidora, fraterna. Como dijo el Papa Francisco durante el encuentro Virtual en el Día Internacional de la Fraternidad Humana el pasado 4/2 “O hacemos un mundo fraterno, o se viene todo abajo”
Durante el momento de las ofrendas, los distintos grupos parroquiales presentaron distintos signos y dones, que representan la vida de la comunidad.
Finalmente el P. Pablo agradeció a Dios por su gran amor y su misericordia, al Arzobispo, al párroco saliente Víctor Roncati, a los hermanos sacerdotes, a la comunidad de Cristo Redentor donde estuvo prestando su servicio pastoral hasta ahora y a su nueva comunidad de San Ignacio de Loyola.