En el marco de la novena a Nuestra Señora de las Mercedes, el Arzobispo +Jorge Eduardo visitó el Hospital Zonal Gral. de Agudos “Blas Dubarry”, de la ciudad de Mercedes y presidió la Eucaristía este martes 22 de septiembre a las 11:00 hs
El texto que compartimos es una transcripción de su homilía
(Evangelio Marcos 3, 31-35)
El Evangelio nos dice que la Madre va a visitar al Hijo que estaba en las cosas del Padre, en las cosas de Dios, en las cosas del Reino. Y le dicen a Jesús “Ahí está tu Madre, ahí están tus parientes”. Y Jesús tiene esta frase que parece como despreciativa de la Madre, diciendo “Mi madre y mis hermanos son todos los cumplen la Palabra de Dios”. Pero no, es un piropo a los que queremos cumplir la Palabra de Dios, vivir el Evangelio. Es una alabanza porque nos dice que somos como su Madre. Los que creemos en Cristo, formamos un parentesco, una fraternidad. Estamos juntos y esto es muy importante en este tiempo de pandemia, aquí en este lugar, tan significativo para los tiempos que corren. Es muy importante sentirnos cercanos a Jesús, como la cercanía de una Madre con su Hijo. ¡Más cercanía que esa no puede haber! Jesús está diciendo que los que queremos cumplir y vivir la palabra de Dios somos tan cercanos como Él con su Madre.
¡Qué bueno es la fe en estos tiempos! Qué necesaria es la fe en estos tiempos, la confianza! Es verdad que tenemos que hacer todos los trabajos necesarios para que haya salud. Y hay que hacerlo. Y uno no deja de agradecerle a los trabajadores de la salud, el esfuerzo que están haciendo, los médicos, las enfermeras y los enfermeros, el personal de limpieza, los directivos, todos los que trabajan en este Hospital. ¡Gracias, de corazón, gracias! El esfuerzo que hacen todos los que trabajan para que nuestra Nación siga andando, el mundo siga andando. Gracias por tantos esfuerzos.
Además del trabajo, es necesaria la fe, la confianza en Dios. La salud viene por el trabajo de los médicos, pero también viene de Dios, por la gracia, por la fuerza de Dios, por el Espíritu. Y esa fe, esa confianza también nos da salud.
Y por eso esta imagen tan significativa para la ciudad de Mercedes. Esta imagen que se hace imagen misionera, yendo de un lado a otro. ¿Cuál es el mensaje? La Madre trae la salud de Dios, la misericordia de Dios, la gracia de Dios. Se hace cercana, nos hace cercanos, fraternos, Iglesia. Iglesia creyente, discípulos de Jesús creyentes, cercanos a Él. La Madre nos hace cercanos a Dios y nos da la gracia de la salud. No sólo la salud espiritual, la salud total. Todos podemos dar testimonio de esto. Uno puede estar bien físicamente pero espiritualmente, puede no estar bien
Cuando uno está bien interiormente, ¡cuánto redunda esto en salud en nuestro cuerpo!. Nosotros somos una sola cosa. Nuestra alma, nuestro cuerpo, somos una sola persona. Por eso la visita de la Virgen a este lugar nos hace tomar conciencia de que tenemos que ir en búsqueda de toda la salud, la salud humana, la salud de las personas que es dignidad, y eso Dios nos lo quiere reglar.
En este día, cercanos ya a celebrar las fiestas patronales, no solo de la Catedral, sino de toda la arquidiócesis, damos gracias a Nuestra Señora de las Mercedes por la visita al Hospital, porque sabemos que nos trae la gracia de la cercanía de Dios.
Y por eso nuestro pueblo tiene ese gesto tan lindo de tocar la imagen, como una caricia, pero también con ese sentido afectivo, esa fe sensible, esa experiencia religiosa afectiva. Los enfermos hoy, sobre todo aquellos que están viviendo esta enfermedad, este virus, los que están aislados, nosotros quisiéramos tocarlos.
Hemos escuchado muchos testimonios de personas que se han recuperado, y nos han contado lo difíciles que son esos tiempos de soledad. Nosotros quisiéramos que sientan la cercanía de la Madre, la cercanía de Dios, la cercanía nuestra. Rezando esta Eucaristía nos gustaría que recuperen la salud, que se sientan bien, que en este transitar sientan la cercanía de Dios.
Este “tocar” – en relación a tocar la imagen de la Virgen- yo lo hago en nombre de todos ustedes con el deseo de que Ella toque el corazón de aquellos que más sufren.
La fe nos hace parientes, cercanos de Jesús, pero no cualquier parentesco, como El con su Madre. Cuanta cercanía cuanta presencia. Vamos a pedirle a Dios y a la Virgen que Él que es cercano a los que sufren, nos haga también a nosotros Iglesia del Señor cercana a los que más sufren.