A los hermanos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos:
El domingo regresé de Tucumán donde me encontré con gente de la Arquidiócesis. Hoy es el día de San Juan Bautista y ante los acontecimientos que son de público conocimiento les escribo esta carta para ustedes y sus comunidades.
Ante todo les agradezco la cercanía del afecto y la seguridad de las oraciones para que el Señor nos ilumine y poder dar la luz de su verdad ante los hechos que hemos vivido.
En segundo lugar veo la presencia del Señor que nos acompaña en los momentos difíciles. Y en tal sentido lo que dice la Sagrada Escritura: “No tendrás otro Dios fuera de mi”.
Todo lo que nos pasa nos ayuda a remover nuestra confianza en el Señor que nos ha amado y elegido desde nuestro Bautismo y en esta elección radica la fuente de nuestra felicidad.
Por tanto, Jesucristo hoy, ayer y siempre, será la meta de nuestra vida con la convicción de que todo pasa y EL quedará para siempre.
La vida, por gracia, nos invita a poner toda nuestra confianza en EL para que Dios nuestro Señor sea cada día más conocido y amado a fin de que llegue a todos la convicción que por la fe y la caridad se forme un sólo rebaño con un solo Pastor: Jesús.
María Sma de Luján nos ayude a creer, esperar y amar cada día más.
Con afecto fraterno.
+ Agustín